יום ראשון, 24 במאי 2009

Aquellos primeros pasos

de guiur.blogspot.com

B.H

Tras la breve pero importante aclaración del post pasado es importante remarcar que para una persona interesada en judaísmo aquellos cambios antes citados no representan un impedimento sino todo lo contrario, tratan de cumplirlos con alegría, puesto que es la forma judía de servir al Creador. Si no te encuentras del todo decidido en el proceso, procede a releerlo y meditarlo, si deseas con todo esto continuar este camino, te invito a continuar con esta lectura.
La conversión al judaísmo debe ser hecha conforme la Ley Oral. Las leyes de conversión están designadas para fomentar un proceso genuino y sincero, rechazando aquellos casos que son por intereses ajenos al judaísmo. En diversas oportunidades se produjeron conversiones a personas cuyas expectativas no fueron del todo claras, trayendo como resultado mucho daño al pueblo judío.
La Guemará en Yebamot se refiere al converso al judaísmo como un "Guer shenitgayer" (converso que se convirtió). A simple vista parece que existiera una reiteración innecesaria de palabras, sin embargo los Jajamim explican que un convertido es desde su inicio una persona que nació con un alma judía, la cual lo predispone a querer convertirse.
De igual manera se explica que al momento de la revelación de Hashem en Har Sinai todas las almas judías estuvieron presentes, incluyendo la de todas las generaciones y la de los conversos al judaísmo.
Sin querer profundizar todavía en este aspecto, la forma apropiada para lograr una conversión válida y aceptada por todos es aquella que vaya de acuerdo a la Halajá, es decir, supervisada por una Corte Rabínica ortodoxa.
Con eso en mente, el primer paso es aprender lo más que se pueda sobre el estilo de vida judío. Antes de mencionar lo que se debe estudiar es bueno resaltar lo que no se debe estudiar, pues puede dar pie a confusiones por parte del candidato. No es para nada recomendable leer libros que hablen sobre mística o "cábala" puesto que no ayuda de nada si uno quiere saber de primera fuente qué es el judaísmo. La verdadera cábala es estudiada por gente muy preparada con años de estudio que la aprende de maestros temerosos de Di-s y no de autores seculares que escriben libros para vitrinas de tiendas. Muchos incluso no llegan a estudiar cábala durante toda su vida, pues no es un tema primordial en ningún ciclo de estudios.
Para profundizar sobre el estilo de vida judío es bueno contar con libros sobre introducción al judaísmo que sean claros en especificar diversos detalles de ley judía. Un libro de cabecera es definitivamente el Kitzur Shulján Arúj, el cual es un compendio de las leyes de vida diaria.
Una vez con el panorama más o menos claro sobre qué se espera de un judío, el siguiente paso es contactar a un rabino ortodoxo. Si conoces el panorama de la comunidad judía de tu país, no te será muy difícil contactarlo. Los rabinos son personas normales, con agendas y secretarias, que no tienen por qué negarte una cita. Por lo general aquellas versiones sobre que las comunidades son muy cerradas y sus rabinos incontactables son solo mitos. No hay nada que puedas perder. Es mejor salir de la duda que quedarte con ella y aumentar tu ansiedad.
Un aspecto clave en la cita con un rabino es ser sincero, explicarle lo que te motiva a querer ser judío. Quizás con el rabino puedan llegar a una conclusión, puede ser que te informe más sobre las leyes noájicas o sobre los compromisos que asume un converso al ingresar al pueblo judío. Cada rabino tiene una perspectiva del asunto y sería inapropiado brindar acá una línea general de cómo pueda proceder.
También es importante en la medida de las posibilidades contactarse con personas o familias ortodoxas para que puedan orientar al candidato. De no ser posible esto uno debe continuar con el esfuerzo de llevar a la práctica aquello que estudia, consultando de tanto en tanto al rabino si se presenta algún tipo de inquietud.
De aquí en adelante no puedo detallar qué se puede presentar en el camino. Lo importante es ser tenaz, persistente y tener buen sentido del humor, pero sobre todo no dejar el estudio. Dicen nuestros Sabios en la Mishná que quien no incrementa su estudio de Torá finalmente lo termina disminuyendo, por eso es bueno que cada persona fije un ciclo de estudios, aunque sea personales, en lo posible todos los días.
Con todo esto mencionado, no dudes que tus esfuerzos serán recompensados. Y si por vicisitudes de la vida sientes que el proceso se te hace largo, recuerda que todo es por algo, capaz uno necesita reconocer la importancia de la conversión a través de esto. Un consejo que podría dar es mentalizar que cada día de espera es, a la vez, un día menos de angustia.
S.M

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